Sí, se llama tierra. Es la mitad de lo que tú y yo pisamos.
La caída en fango tras un domingo de lluvia.
El reposo del aire. La manta de la vida.
Es tierra sobre lo que caminas;
parques, ciudades, páramos, viñedos;
también metrópolis; también desierto.
Tierra sobre la que las plantas nacen.
Tierra a la que se agarran las raíces.
Tierra en la extensa cordillera de nuestros horizontes.
Se llama tierra aquello que te sostiene,
la cumbre a la que tú y yo cederemos.