Barranquilla, una locura de colores


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«El logo del Carnaval de este año recoge los componentes tradicionales de la cultura Caribe en su Bicentenario.

Barranquilla es una ciudad de lo más diversa. Conforme te adentras en sus calles e interactúas con su gente percibes ese embriagador aroma Caribe que empaña toda la costa. La brisa en los meses entrantes, la rumba previa al Carnaval, el colorido de sus casas, el tránsito en las cases. Todo un brebaje cultural presente en cada costado del departamento.

En días previos a la fiesta, y con la ciudad aún sobreponiéndose al desorden de diciembre, Barranquilla sigue de celebración e inaugura el año siendo reconocida como la Capital Americana de la Cultura, coincidiendo, a su vez, con el Bicentenario de la ciudad. Así, el nuevo año tiene motivos suficientes para abrazar la tradición del Carnaval con sus más populares y jubilosos encuentros, donde confluye el legado de diversas culturas arraigadas a los devenires de la historia.

Locura de colores. Las calles se visten de cánticos populares, los barrios lucen danzas ancestrales, los grupos ensayan el sabor del folclor y los barranquilleros se preparan para la Guacherna precarnavalera al canto de “…locura de colores, las calles de Curramba, tambores de parranda, ahí viene la Guacherna” rememorando a Esthercita Forero, la novia de Barranquilla.

En el barrio Abajo, lugar emblemático por su significado e historia, donde se conserva toda la tradición y la esencia de la ciudad, ya se siente el ritmo de los tambores, la flauta de caña de millo o las maracas. La alegría tiñe de color las terrazas y los habitantes evocan, a través de sátiras y parodias, “la irrelevancia ante el orden establecido”.

Allí se encuentra la Casa Del Carnaval. Un inmueble que habla por su pasado colonial y cuyo origen se reconoce a finales del Siglo XIX. Sin embargo, esa emblemática propiedad pasó por diversas personalidades hasta convertirse hace poco más de una década en la sede institucional del Carnaval de Barranquilla.

Pero su remodelación se remonta al capricho de Rosa M. Porras quien la adquirió en 1928, que por falta de pagos, cambió de dueño. Poco después, pasó a ser una escuela para varones, vigente hasta mitad de siglo y, en el año 2000, fue declarada la Casa del Carnaval por la familia Caridi.

León Caridi era el principal patrocinador de los Marimondas y, en ausencia de un lugar donde ensayar con el grupo, decidió reconstruir el lugar. Así fue como la Fundación del Carnaval de Barranquilla, que no poseía sede, se consolidó con una de las casas más simbólicas, acunando el folclor tradicional que ha perdurado hasta la actualidad.

Fusión de legados. “El Carnaval se pierde en su historia”, comenta Nístar Romero, jefa de prensa de Carnaval S.A. “Realmente no hay una fecha que hable de cuando se inició el Carnaval. La danza más antigua está en los ciento cuarenta años”.

Sin embargo, se distingue por ser la fusión del legado de diversas culturas europeas, africanas e indígenas que derivaron en danzas que representaban no solo las evocaciones religiosas de la España medieval, sino la invocación de diversos rituales de grupos étnicos o guerras africanas, sobre todo, traídas en la época colonial.

“También viene de las riberas de los ríos, del Magdalena. Han ido emigrando hacia Barranquilla hasta asentarse aquí y evolucionar, naciendo manifestaciones propias”.
Todos los departamentos, desde el comercial, el comunicacional, hasta los encargados de la logística, ya organizan los preparativos necesarios para el evento. Una fiesta que arranca el viernes 18 de enero con la Izada de Bandera y que termina el martes 12 de febrero con el encuentro de letanías y la muerte de Joselito.
“Pretendemos que al extranjero le guste el Carnaval y nuestra cultura que es muy diversa. No solo tenemos la danza sino también ritmos como la cumbia, el congo, el garabato… y a todo el que llega de fuera le queda gustando porque es la esencia de una tradición dispar”, comenta Rubén Guzmán, asistente de comunicación.

El Carnaval de Barranquilla fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, desde entonces, no ha dejado de consolidarse como una de las joyas más ricas de la Región Caribe. “La mejor forma de celebrar esos doscientos años es con el Patrimonio de Barranquilla que es el Carnaval”, comenta Lisbeth Díaz, del área de comunicación.

Por otro lado, las visitas se han incrementado en estas fechas y el bullicio es constante en la Casa. «En temporada baja nos visitan entre diez y quince personas al día, pero en enero y febrero se incrementa hasta los cincuenta”, subraya Mary Ellen Silva, una veterana de la Casa del Carnaval.

Los turistas se interesan principalmente por la sala interactiva, inaugurada el año pasado, y realizan el recorrido siguiendo de cerca la historia y la evolución del patrimonio. “No pensaba que iba a poder verlo interactuado. Es bastante completo”, señala el argentino Rainaldo Benítez; “Tiene mucha variedad y fusión de música, cada una con su tradición. Me sorprende que durante tanto tiempo se haya mantenido la historia, los vestidos, la música. Sobre todo, en un mundo tan globalizado”, añade su acompañante Ana Berra y continúa: “Una diversidad musical fantástica y muy interesante”, aunque lamentaron que por falta de tiempo no pudan “gozarlo”.

“Los que vienen de otros países se interesan por la historia del Carnaval, los del interior preguntan por los diversos estilos musicales, las danzas, los disfraces, las máscaras…”, destaca Carlos Andrés Díaz, guía del recorrido.

Su majestad la letanía. Mientras, en el tránsito de gente que llegaba y salía, que curioseaba o se preparaba para el inicio del carnaval, estuvo presente la figura del músico Álvaro Ricardo que, como todos los años, cantará su tema folclórico el día de la coronación de la reina popular. Tampoco faltó la irrupción de la soberana central, Daniela Cepeda Tarud, que bailó al ritmo de la flauta de millo con los turistas que se acercaron para, poco después, tomarse una foto con ella.

Lejos del movimiento de la urbe, sentado solitario en una mesa apartada de la entrada se encontraba Orlando Barrios, uno de los integrantes del grupo Ánimas Rojas de Rebolo, quien lleva más de 55 años escribiendo letanías para el Carnaval.

Orlando camina cada mañana hasta la Casa de la Cultura y se sienta a componer los versos que leerá en la próxima fiesta. Este año, elogia el Bicentenario y le da la bienvenida al año de esta forma: “Festejando el Bicentenario, en este lindo escenario; Bienvenido los presentes, a la plaza de San Nicolas, para que gocen los presentes, el cumpleaños de nuestra ciudad, de Curramba la bella, con Junior y sus siete estrellas, aquí estamos de corazón, izando nuestra bandera, como lidera la tradición, de nuestras fiestas carnavaleras…”
Barranquilla ya ha arrancado su temporada de gala y su alegría se siente en cada cuadra, en cada tienda, en cada esquina.

Los eventos abarrotan las guías culturales y los ciudadanos ya hablan por doquier de un Carnaval único que arraigan desde la cuna. Consolidado sin tiempo en la historia, brinda una nueva expresión de libertad y el recodo de una población que invita a todos sus visitantes a impregnarse de él y “vivirlo para gozarlo”.

Publicado el 4 de enero de 2013, días previos a la celebración del Carnaval de Barranquilla: El Heraldo

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